Localizar un sumiller para celebrar una cata de vino, cerveza, quesos, etc. nunca fue tarea fácil.
En España se ha convertido en una moda el reunirse un grupo de amigos en compañía de un sumiller, para que dirija una cata de un producto gastronómico. Celebrar catas no sólo es un placer para los sentidos, también es cultura.
Sin duda en las catas el disfrute gastronómico es mayor, ya que no es lo mismo “catar” que comer y beber. Al analizar sensorialmente un producto poniendo en alerta todos tus sentidos de vista, olfato y gusto, descubres una serie de aromas y sabores que enriquecen el simple hecho de comer o beber. En el momento de catar no sólo tu cerebro reconoce si te gusta o no, sino que te llega a dar información en el caso por ejemplo de un vino, del tipo de uva, de la crianza de éste, de su grado alcohólico, del tipo de suelo, etc.
Por ello, los sumilleres se han agrupado en una Plataforma llamada Catasalacarta en la que se publicitan todas sus fichas de expertos de cata figurando su foto, experiencia, nivel de estudios, idiomas, edad, tipos de catas que celebran, ámbito de actuación, etc.
Desde la Plataforma los sumilleres pueden recibir solicitudes de presupuestos para catas de vino, cerveza, sidra, agua, ginebra, vermut, ron, whisky, vodka, café, té, mate, sake, aceite, chocolate, queso, jamón, paté, y miel. Todo un abanico de servicios de cata gastronómicos se ofrecen, y en el lugar que los clientes deseen.
Al Cliente se le ofrece un pago seguro, ya que el dinero que pague éste lo mantiene en depósito la Plataforma hasta conocer la satisfacción de éste con los servicios prestados por el sumiller. Si el Cliente no está conforme, se le reembolsa el dinero abonado.
La Plataforma tiene presencia internacional, ya que se encuentra presente en los cinco continentes. Para un amante de las catas gastronómicas es fácil en cualquier país del mundo poder contar con un sumiller que le asesore en el análisis sensorial de un alimento del lugar que visita.
La Plataforma de expertos de cata despierta también interés entre los productores gastronómicos ya que les evita tener que desplazarse a las Ferias internacionales gastronómicas para promocionar sus productos ya que al poder contactar con un sumiller de la zona les evita tener que desplazarse, con los gastos que ello conlleva.
