Personas en riesgo de exclusión social, a través de Fundación Cauce, contribuyeron con su trabajo, durante la pasada campaña de recolección de uva, en la elaboración de un 100% Tempranillo cuyas ventas se destinarán a su integración socio-laboral.
La solidaridad es uno de los pilares que sustentan el trabajo diario de Abadía Retuerta. Como lo es el compromiso con el desarrollo comunitario. Se trata de conjugar dos verbos: dar y recibir. Es decir, devolver a la sociedad parte de lo que ésta ofrece a la prestigiosa bodega situada en la Milla de Oro de la Ribera de Duero. Vendimia Solidaria es el fruto de este compromiso y el nombre del vino que, por cuarto año consecutivo, se lanza al mercado con el objetivo de recaudar fondos, en esta ocasión, para la Fundación Cauce.
Situada en Valladolid, dado que se desea llegar a quienes están más cerca, se trata de una organización sin ánimo de lucro que trabaja a favor de la inserción socio-laboral de las personas en riesgo de exclusión. El lema que denomina el proyecto es “Encauza tu futuro” y el dinero recaudado por la venta de cada una de las 650 botellas (10 euros), se destinará íntegramente al desarrollo de talleres sobre búsqueda activa de empleo y habilidades sociales.
Para el director general de Abadía Retuerta, Enrique Valero, la iniciativa, iniciada en 2014, “da valor a nuestra palabra como empresa comprometida socialmente. Buscamos que este proyecto tenga trascendencia y continuidad, de manera que sea un sello de identidad para todos aquellos que nos conocen”.
En 2017, durante aproximadamente una semana, personas desempleadas, a través de la Fundación Cauce, fueron contratadas por Abadía Retuerta y vivieron en primera persona la época de mayor trabajo en la bodega: la vendimia. Aprendieron todo lo que implica la recogida de la uva, en este caso Tempranillo y en una única parcela, la denominada como Pico del Moro, y dieron lo mejor de sí mismos. Se trata de un vino 100% Tempranillo, vinificado mediante maceración carbónica.
Más colaboradores:
A este bonito proyecto se han sumado de forma altruista diversas entidades y personas. Así, el estudio de diseño de Miguel Díez ha diseñado la etiqueta y realizado las fotografías de las botellas. Biolid se ha ocupado de producir las etiquetas; Verallia, las botellas, y los corchos proceden de M.A. Silvia & Garzón. Además, Ramondin ha contribuido con las cápsulas y Smurfit Kappa con los estuches.