Los vinos contarán con un aporte de fruta más fresca y fina, muy buen nivel de acidez y equilibrio.
La bodega Valtravieso da por finalizada la vendimia de este año que comenzó el 3 de octubre, con los tempranillos más precoces y terminó el 16 de octubre, con la variedad Cabernet Sauvignon. Un año atlántico, muy seco y con las temperaturas más bajas de los últimos 6 años. La climatología de esta cosecha ha resultado un tanto estresante por la falta de lluvia durante toda la primavera y parte del verano. A pesar de ello, ha habido muy buena fertilidad y las lluvias de agosto previas a la vendimia han permitido la obtención de muy buena calidad de uva.
“Esta cosecha nos ha recordado a la de 2015 y gracias a un exhaustivo control sobre el viñedo hemos podido adelantar la vendimia y actuar de forma muy rápida para preservar la calidad de la uva que entró en bodega ganando en aporte de fruta, más fresca y fina”, explica Ricardo Velasco, Director Técnico y Enólogo de Valtravieso. Además, las maceraciones se presumen bastante cortas: “La falta de lluvias se ha traducido en un tamaño de baya pequeña con un hollejo grueso, por lo que tendremos mucha concentración de taninos y antocianos. La extracción está siendo muy fácil, por ello hemos llevado a cabo menos maceraciones y menos remontados, y comenzaremos a descubar esta semana de forma generalizada”.
Pablo González Beteré, Consejero Delegado de Valtravieso, prevé que “como resultado, vamos a obtener vinos más frescos y equilibrados, con buen aporte de fruta, una fruta muy fina,con buena concentración y muy buena acidez, propia de nuestro viñedo de altura y que nos caracteriza, lo que los convertirá en vinos de guarda que evolucionarán muy bien en el tiempo”.