Una visita a la bodega de Rio Negro y al pueblo de Cogolludo ofrece una oportunidad de disfrutar de un día de ocio a menos de 100 kilómetros de la capital
Ha surgido una nueva oportunidad para pasar un día al aire libre, cerca de Madrid, disfrutando de una visita a una bodega diferente, Finca Rio Negro, con cata incluida, y del descubrimiento de un pueblo con sorpresa, Cogolludo, en Guadalajara.
El atractivo para el viaje surge del interés por conocer Finca Rio Negro, un viñedo de altura, alrededor de 1.000 metros, y la correspondiente bodega. Interés que nace cuando a uno le hablan de una bodega en Guadalajara, provincia muy alejada del mapa vinícola tradicional.
La familia Fuentes, al frente de Finca Río Negro desde que adquiera el terreno en 1998, lleva dos décadas recuperando la tradición vinícola y vitivinícola de Cogolludo, Guadalajara. Y es que, aunque hoy esta zona, situada a 100 kilómetros de Madrid y a 50 de Sigüenza, no forme parte del imaginario colectivo vinícola, está debidamente documentada su tradición vitivinícola durante los siglos XV, XVI, XVII y XVIII.
La primera sorpresa del día la depara el pueblo en el que se ubica la Finca Rio Negro, Cogolludo. Un pueblo pequeño y en apariencia poco atractivo, al que nada atrae para entrar en el viaje hacia la bodega. Pero esta decisión es claramente errónea.
Apartarse de la carretera general, y adentrarnos en sus calles tiene premio. Apenas subimos una corta calle en cuesta nos encontramos de frente, sin previo aviso, con el Palacio de los Duques de Medinaceli, una imponente construcción renacentista del siglo XV que parece estar fuera de lugar. Es cierto que se trata de un palacio, hoy propiedad de la Junta de Castilla La Mancha, cerrado y que no puede visitarse, pero contemplar su magnífica fachada merece la pena, y apenas nos desviamos 500 metros de la carretera general. Imposible resistirse a hacer algunas fotos o selfies. No olvidemos que está considerado el primer palacio renacentista de la Península Ibérica.
Además, el palacio está ubicado en la plaza de Cogolludo, una plaza en buena medida porticada, en la que se encuentra el Ayuntamiento y algunas tabernas en las que podemos desayunar o almorzar. Si miramos hacia arriba, podemos ver los restos de lo que en su día fue el Castillo de Cogolludo.
Tras esta breve y atractiva visita podemos seguir camino hacia Finca Rio Negro, lo que nos permitirá contemplar un paisaje boscoso, típico de una serranía. Una cancela nos indica, a la derecha de la carretera, la entrada a Finca Rio Negro. Una carretera rodeada de árboles nos ofrece un bello paisaje, especialmente en otoño, mientras subimos hacia la bodega.
Una vez allí la familia Fuentes nos ofrecerá información sobre su proyecto vitivinícola, vinos de altura, y podremos contemplar sus viñedos, y el proceso completo de elaboración de sus vinos.
La ubicación y distancia a cualquier Denominación de Origen, sumado a la altura de los viñedos, 1.000 metros, en uno de los terruños más elevados desde el centro peninsular hasta el norte de Europa, una altitud en el límite tradicional de cultivo, y las características de la zona proporcionan a sus vinos unos matices y cualidades diferenciales. En definitiva, una Bodega aislada, alejada de otros viñedos cuya ubicación desafía los límites tradicionales del cultivo de la vid.
Además, entre sus últimos proyectos, Finca Rio Negro trabaja junto con el Instituto de la Vid y el Vino de Castilla-La Mancha (IVICAM) y la Universidad de Castilla-La Mancha en la recuperación de Tinto Fragoso. Una variedad autóctona de Cogolludo, única en el mundo y autorizada para la elaboración de vinos.
Hoy, Finca Rio Negro produce un blanco y cuatro tintos reconocidos internacionalmente. A destacar el buque insignia de la bodega, el tinto Finca Río Negro, tempranillo y cabernet sauvignon con una crianza de 19 meses en barricas nuevas de roble francés, y Cerro del Lobo, mono varietal de syrah.
La visita a las instalaciones, los paisajes, la cata de su catálogo de visos, la amabilidad y la degustación de algunas viandas permitirá terminar una agradable jornada a hora y media de Madrid.