Finca El Bosque, La Nieta y Alabaster se sitúan en el podio de los mejor valorados con 95 puntos.
Una vez más, la reconocida publicación norteamericana Wine Spectator ha calificado los vinos de Viñedos y Bodegas Sierra Cantabria con las mejores puntuaciones.
Encabezan el ranking con 95 puntos, Finca El Bosque 2015, de la bodega Viñedos Sierra Cantabria– DOCa Rioja-, La Nieta 2015, de la bodega Viñedos de Páganos – DOCa Rioja- y Alabaster 2015, de la bodega Teso La Monja – DO Toro – proveniente de cepas prefiloxéricas. Los tres vinos que han alcanzado los 95 puntos mantienen la misma filosofía, son vinos de una única finca despalillados a mano grano a grano.
Siguiendo la misma filosofía, con 93 puntos se posiciona Amancio 2014, de la bodega Viñedos Sierra Cantabria – DOCa Rioja-, un viñedo emblemático de la familia con toda su complejidad y elegancia y un homenaje a su bisabuelo, que tenía una visión muy moderna y hasta lúdica del trabajo en el campo.
Varios de nuestros vinos han conseguido puntuaciones de 92 puntos como Sierra Cantabria Colección Privada 2015 y Sierra Cantabria Reserva Única 2014, de nuestra bodega en Rioja, Viñedos Sierra Cantabria. Así como, San Vicente 2014 –de la bodega Señorío de San Vicente de la DOCa Rioja- de una variedad única y casi extinguida, el Tempranillo Peludo. Igualmente ha obtenido 92 puntos, Sierra Cantabria Garnacha 2014, de la bodega Sierra Cantabria – DOCa Rioja- y Victorino 2014, de la bodega Teso La Monja- DO Toro-.
Sin quedar atrás, con 90 puntos, se alza Sierra Cantabria Organza 2016, de la bodega Viñedos Sierra Cantabria – DOCa Rioja-, el reto de un gran blanco de guarda en Rioja.
La pureza del terroir:
Cinco generaciones de viticultores con raíces en San Vicente de la Sonsierra han tejido una larga historia de complicidad entre el hombre y la viña para extraer las virtudes de una variedad única, el Tempranillo, aplicando todos los esfuerzos necesarios para transmitir su expresividad en unos vinos excepcionales de la máxima pureza e identificación con el terroir.
Marcos Eguren, al frente del trabajo enológico, y Miguel Eguren, en la gestión como Presidente del Grupo, encabezan un proyecto vitícola a la búsqueda de vinos que evoquen el viñedo, de una gran versatilidad y marcada personalidad. Guillermo, padre de la actual generación que lleva las riendas del grupo bodeguero, se considera, ante todo, un coleccionista de viñedos. Y así lo han entendido sus hijos, quienes han hecho de la excelencia en el cuidado del viñedo y el máximo respeto al fruto en la bodega su filosofía para obtener unos vinos que se adscriben a los nuevos clásicos: vinos que perduran en el tiempo, que aúnan fruta, potencia y estructura con elegancia, frescura y sutileza.