La Ruta del Vino de la Terra Alta (Tarragona), en proceso de estructuración, estudia el modelo de gestión y de colaboración público-privado del proyecto alavés.
Juan Manuel Lavín, miembro de la Junta de la Ruta del Vino de Rioja Alavesa y Gerente del Espacio Gastronómico y Centro Temático del Vino Villa-Lucía, ha participado en una jornada con representantes del territorio de la Terra Alta (Tarragona), que actualmente se encuentra inmerso en la estructuración de su oferta enoturística a través de la Ruta del Vino de la Terra Alta. Basado en la experiencia de Rioja Alavesa y su modelo de éxito, Lavín ha destacado la importancia de la competitividad y el trabajo conjunto entre todos los actores implicados en el desarrollo enoturístico del destino.
Consolidada como uno de los referentes en materia de enoturismo del Estado, con más de diez años de andadura, la Ruta del Vino de Rioja Alavesa es un modelo a seguir para otras iniciativas que pretenden articular su oferta de turismo relacionado con la cultura del vino. Es el caso de la Ruta del Vino de la Terra Alta, en Tarragona, en pleno proceso de estructuración, que ha organizado una jornada con representantes de las bodegas del territorio y miembros del Consell Comarcal para avanzar en su constitución como ruta, con el objetivo de posicionarse en los mercados enoturísticos.
En el encuentro, celebrado el pasado viernes, ha participado también Juan Manuel Lavín, miembro de la Junta de la Ruta de Rioja Alavesa y Gerente de Espacio Gastronómico y Centro Temático del Vino Villa-Lucía, con la finalidad de dar a conocer el modelo de gestión y colaboración público-privada de la ruta. Lavín ha destacado la importancia de la competitividad y el trabajo conjunto entre todos los actores implicados en el desarrollo enoturístico del destino.
Ante 16 bodegas de las 19 que conformarán la Ruta del Vino de la Terra Alta, además de representantes de la D.O. Terra Alta y del Consell Comarcal, Lavín ha señalado las claves para la articulación exitosa de la oferta de las diferentes actividades en bodegas, restauración, alojamientos, empresas de servicios e instituciones públicas, entre otras, para conformar una propuesta con identidad reconocible por parte del público final.
También ha incidido en la importancia de la segmentación y la especialización de la oferta enoturística proponiendo actividades para distintos perfiles turísticos, resaltando el incremento del turista familiar y la opción de diferenciarse con actividades para este tipo de público.
En este sentido, el trabajo de las bodegas de la Terra Alta -respaldado desde el Consell Comarcal y la D.O. Terra Alta y con el acompañamiento técnico de DCB Turismo y Tourislab- ha permitido proponer más de 25 actividades de enoturismo premium, gastronómico, activo, cultural vinculado con la Batalla del Ebro, para familias, entre viñedos y relacionadas con fiestas del vino. Los representantes de las bodegas se han comprometido a crear una comisión de trabajo para el desarrollo de la estrategia de estructuración, promoción y comercialización de la Ruta y que pueda ser una realidad con la implicación de todos.