Con estas son ya once las bodegas españolas que han logrado este certificado pionero en materia de sostenibilidad medioambiental impulsado por la FEV.
La Asamblea de la FEV de 207, celebrada recientemente, reconoció públicamente a las primeras bodegas certificadas, en presencia de la ministra García Tejerina.
Bodegas Aroa, en Navarra, y Bodegas Luzón, de Jumilla, se han convertido en las últimas en obtener hasta el momento el certificado Wineries for Climate Protection (WfCP), impulsado a finales de 2015 por la Federación Española del Vino (FEV) para promover las buenas prácticas de las bodegas en materia de sostenibilidad medioambiental y lucha contra el cambio climático.
Con estas dos, son ya once las bodegas certificadas hasta las fechas y tres en lo que va de año. Todas ellas han superado previamente el proceso de auditoría por parte de alguna de las entidades de certificación independientes autorizadas para ello, obteniendo al menos el 50% de la puntuación máxima en cada uno de los cuatro ámbitos evaluados por el certificado: Reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, uso de energías renovables y eficiencia energética, gestión del agua y reducción de residuos.
Además de Luzón y Aroa, otras nueve bodegas han sido certificadas en los últimos meses bajo el esquema WfCP. Precisamente, el pasado mes de marzo, en el transcurso de la Asamblea General de la FEV se hizo entrega a estas bodegas de unos diplomas que sirvieron para reconocer públicamente su esfuerzo y el ser pioneras en la obtención de este referencial, que pretende ser la referencia en materia de sostenibilidad medioambiental y lucha contra el cambio climático en el sector vitivinícola.
Durante la entrega de los diplomas, la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, subrayó que este certificado pone de manifiesto un compromiso ambicioso del sector con el medio ambiente: “El sector vitícola se sitúa a la vanguardia de la lucha contra el cambio climático siendo un referente de sostenibilidad para otros sectores”. Por su parte, el presidente de la FEV, Christian Barré, recordó que “no se trata de un sello más ni de un reclamo, sino del reconocimiento al trabajo bien hecho y la mejora continua en materia medioambiental”.
