Las altas temperaturas que ha sufrido prácticamente toda España en un mes de mayo inusual, también han afectado a la vid de las parcelas de Valtravieso. ¿En qué sentido? Concretamente en la floración. Si la previsión hacía presagiar cierto retraso, el calor seguramente provocará que de nuevo todo se avance y el esperado desarrollo de la flor empiece ya a principios de junio. Sin duda, una evidencia más de que en el cultivo de la vid, como en todos los cultivos, siempre se está a merced de las condiciones climatológicas y que nada es lineal. Las fechas importantes en el calendario nunca se repiten y esa realidad convierte la agricultura en algo todavía más apasionante y mágico.
Con la floración, empieza una época en la que la planta necesita muchos requerimientos. Necesita energía, equilibrio en la nutrición y unas condiciones de humedad y temperatura óptimas. De ahí que se trate de uno de los momentos más importantes del ciclo del vino y a la vez, decisivo para saber qué tipo de añada nos espera, como recuerda nuestro el enólogo y director técnico Ricardo Velasco: “Nos dará algunas pistas para saber cómo vendrá. Una circunstancia que demuestra la importancia de esta fase del ciclo en la que nos encontramos”.
Mientras, sobre el terreno, la floración se hará evidente en Valtravieso regalándonos estampas verdes y bonitas. Bellas fotografías de naturaleza viva, mostrándonos de forma discreta y sutil que el campo se está preparando para la siguiente etapa que se conoce como el cuajado de la vid. Una fase en la que la flor poco a poco se irá transformando en la uva, el fruto por el que ya se suspira en la bodega.
